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sábado, 14 de agosto de 2010

Balón Intragástrico una reducción de la obesidad sin necesidad de cirugía

El balón intragástrico consiste en introducir por una endoscopia (tubo flexible que se introduce por la boca hasta el estómago, permitiendo transportar el balón en su extremo) un balón hasta el estómago y se rellena de una solución salina y se sella para impedir que el líquido escape. Al aumentar su volumen no puede progresar hacia él intestino. Se realiza con sedación, para que el paciente tolere mejor la prueba, y el paciente puede volver a casa en unas horas, ya que la colocación no produce más que unas náuseas transitorias.

El balón intragástrico no es una intervención quirúrgica para perder peso en obesidades moderadas (obesidades con un índice de masa corporal, o IMC, alrededor de 27 a 30). No se usa en obesidades mórbidas importantes, ya que estas requieren una reducción de peso mayor y mantenida que la que se puede conseguir con el balón, ya que al retirar este, se puede recuperar el peso.

El balón intragástrico es una solución transitoria que ayuda hasta que el paciente retome unos hábitos dietéticos correctos. Tiene la ventaja de no ser una intervención quirúrgica, por lo que una vez ha retirado no dejará ninguna secuela en el paciente.

La presencia del balón intragástrico dentro del estómago produce una sensación de saciedad, lo que favorece que el paciente ingiera menos cantidad de comida, y se aprovecha para reeducarle en sus hábitos alimentarios, e iniciar un programa de ejercicio físico complementario. Es fundamental el seguimiento estrecho por parte del especialista en nutrición que es quien liderará esta reeducación.

Durante las primeras semanas se toma una dieta líquida y/o blanda hasta que se tolere la presencia del balón intragástrico, y se pueda llevar ya una dieta normal. Pueden perderse alrededor de 1 kg a la semana (unos 30 kg durante todo el tratamiento), y posteriormente se debe seguir con la dieta instaurada para seguir adelgazando, o mantener el peso alcanzado.

El balón intragástrico no puede permanecer mucho tiempo en el estomago porque se puede degradar por la acción de los ácidos que segrega el estómago para la digestión. Una vez el paciente ha perdido peso y se ha reeducado en sus hábitos alimentarios, se procede a realizar otra endoscopia y retirarlo.

Hay personas con ciertas enfermedades que no pueden utilizar este balón intragástrico, como son las que tienen una hernia de hiato grande, úlcera gástrica o duodenal, las que deben tomar tratamientos que favorecen el sangrado gástrico (antiagregantes, anticoagulantes…), y en general, aquellos que presenten trastornos del comportamiento que impidan el asumir una reeducación correcta de la dieta.


Fuente del artículo http://www.articulo.org/5462/ryanbingham

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