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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Evolucion de los miedos en los bebes

Las manifestaciones del miedo son distintas en cada niño, así como la intensidad del sentimiento y su naturaleza. Pero sí se puede establecer cierto patrón cronológico de los miedos infantiles, cómo evolucionan estos miedos a medida que el niño va creciendo.

Los miedos que siente el bebé y el niño son variados, y en un intento de sistematización, los psicólogos estadounidenses Thomas R. Kratochwill y Richard J. Morris establecen una tabla de los miedos infantiles considerados “normales”.

En su obra “Treating children’s fears and phobias: a behavioral approach” (“El tratamiento de los miedos y las fobias de los niños: un enfoque conductual”) observamos la siguiente evolución de los miedos infantiles.

Niños de 3 años: máscaras, oscuridad, animales, separación de los padres.
Niños de 4 años: separación de los padres, animales, oscuridad y ruidos.
Niños de 5 años: animales, separación de los padres, oscuridad, gente “mala”, lesiones corporales.
6 años: seres sobrenaturales, lesiones corporales, truenos y relámpagos, oscuridad, dormir o estar solos, separación de los padres.
7-8 años: seres sobrenaturales, oscuridad, temores basados en sucesos emitidos en los medios de comunicación, estar solos, lesiones corporales.
9-12 años: exámenes, rendimiento académico, lesiones corporales, aspecto físico, truenos y relámpagos, muerte y, en pocos casos, a la oscuridad.
Es decir, que mientras los miedos son naturales y universales, suelen ser pasajeros y cambiany evolucionan en la misma persona, pudiéndose superar.

Como padres debemos procurar la prevención y superación de los miedos, así como el comportamiento prudente ante situaciones peligrosas.

Y aunque los miedos infantiles forman parte de un proceso de crecimiento, también pueden resultar señales de alerta, por lo que no hay que minimizarlos y, antes nuevas manifestaciones, pensar si se derivan de nuevas circunstancias en la vida de los pequeños.

En definitiva, a pesar de que el miedo es un sentimiento natural y tiene un punto de conexión con la naturaleza de la humanidad y con la necesidad de preservar la vida, no es agradable para nadie, y los padres podemos y debemos mitigar esos miedos de nuestros hijos conforme evolucionan.

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