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domingo, 1 de agosto de 2010

Fugas tras el parto

Muchas mujeres sufren incontinencia urinaria tras el parto. Toser o reír e

incluso mantener relaciones sexuales las atemoriza ante la posibilidad de las

fugas de orina. Sin embargo, unos sencillos ejercicios bastan para acabar con

el problema y conseguir, de paso, experiencias sexuales más placenteras.

Hay distintos tipos de incontinencia urinaria. La que afecta a mayor número

de mujeres es la llamada incontinencia de esfuerzo, que responde a “a una

debilidad de la musculatura del suelo pélvico o periné, o a un mal

funcionamiento intraabdominal, cuya función es contener y proteger la

parte baja del abdomen (donde se encuentran la vejiga, la uretra, la parte

inferior de los intestinos y los órganos sexuales femeninos)”, afirma Mercedes

Blanquet. En este caso, aunque no se tengan ganas de orinar, se producen

pérdidas ante cualquier “movimiento físico, como toser, reír o saltar”,

concluye Blanquet.

FISIOTERAPIA CONTRA LA INCONTINENCIA

Si tienes problemas de incontinencia urinaria de esfuerzo o quieres prevenirla

porque crees que estás predispuesta a padecerla, una de las mejores opciones

es pasar por el fisioterapeuta, quien te someterá a ciertas técnicas. La

mayoría de ellas –el biofeedback, los ejercicios de MEB STUDIO©

Para recuperar los mecanismos que producen una incontinencia de esfuerzo.

Secuela del embarazo y el parto

Es muy común que sea tras el embarazo cuando la mujer comience a padecer

incontinencia. El aumento de peso en el útero durante la gestación produce

una distensión de la musculatura del suelo pélvico que aumenta durante el

parto y se agrava con la episiotomía, corte realizado en el periné para evitar

desgarros.

“Los ginecólogos son conscientes del problema y, en la actualidad, cuando

realizan la episiotomía, intentan preservar al máximo la integridad de la

musculatura –comenta Mercedes-. Una buena preparación para el parto,

que incluya ejercicios de tonificación del suelo pélvico, y que enseñara a

la madre a “pujar bien” evitaría muchas consecuencias del postparto y

facilitaría la recuperación”.

Además no podemos pretender cambiar todo un sistema sanitario, ni la

elección de la mayoría de gestantes, así cómo los estudios realizados por

médicos especialistas, mi opinión es que deberíamos preparan a la mujer

para parir bien en un mundo hospitalario y en lo que es ahora nuestra

sociedad.

El posparto es un momento crucial para potenciar los músculos del periné,

recuperar la cintura y poner a todo la musculatura abdominal. Para ello existe

gimnasias como Pilates y el MEB STUDIO©, que van a ir a recuperar a la mujer

de una forma sana y temprana.

Debemos comentar que en un postparto inmediato no es bueno realizar

abdominales convencionales , pues contribuyen sin saberlo a aumentar la

presión abdominal y a desencadenar la problemática incontinencia.

Otras causas

Aunque un alto porcentaje de incontinencias de fuerza son consecuencia del

embarazo y el parto, el problema puede también manifestarse por otros

motivos: al practicar deporte del alta competición, en casos de obesidad, si se

padece tos crónica o estreñimiento, o en la época de la menopausia.

Además, pueden provocarla ciertos hábitos cotidianos: retener mucho tiempo

la orina o empujar con fuerza para vaciar la vejiga, utilizar faja, lavarse los

genitales con agua fría o ingerir muchas bebidas excitantes –té, café- o

corridas picantes.

Pero lo realmente importante es que la mujer sepa que hay soluciones. y

romper el mito que todavía nos arrastra, que una mujer por tener la

condición del sexo femenino tenga que sufrir de perdidas de orina o tener

problemas en su sexualidad.

El músculo del placer

La disfunción muscular que provoca la incontinencia urinaria de esfuerzo

puede hacer también disminuir la sensibilidad sexual. De cada 10 mujeres,

seis no consiguen alcanzar el orgasmo o lo experimentan con poca intensidad

debido a la debilidad de su musculatura pélvica, lo que también hace

disminuir la sensibilidad sexual de sus parejas. Asimismo, la mujer puede

sentir dolor durante el coito o incluso sufrir pérdida de orina justo en ese

momento. Todo ello genera inseguridad y pérdida de autoestima.

Prevenir y curar

La incontinencia urinaria puede curarse. Ante los primeros síntomas,

comenzar, cuanto antes, un programa fisioterapéutico que impida que el

problema vaya a más. La fisioterapia puede evitar, incluso, la intervención

quirúrgica.

Pero no sólo tiene cura sino que, además, la incontinencia urinaria de

esfuerzo puede prevenirse. También en este supuesto la fisioterapia es una

buena práctica. Resulta ideal durante el embarazo y en el posparto –de

hecho, todas las embarazadas deberían realizar cursos de preparación al parto

que incluyeran un tratamiento fisioterapéutico para prevenir incontinencias y

disfunciones sexuales y controlar después de su tonicidad perineal para

ponerla a punto si fuera necesario- y cuando se detecten factores de riesgo.

http://www.ascat.eu

ASCAT

Judit Alonso

Mer Blanquet

Carlota Batanés

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